DESTACADA LABOR DE LOS COFS, SEGUN LOS OBISPOS.

En vísperas del Día de la Familia, los obispos destacan la labor de los Centros de Orientación Familiar
Lo que hacen los COF de la Iglesia, nadie más lo hace: prevenir rupturas familiares, mediar, formar para el matrimonio y para el amor La Iglesia ha tejido una red de centros que ayudan a las familias
«Otras entidades a lo mejor informan, pero hoy por hoy sólo en la Iglesia se forma para el amor», explica el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández.

Y tiene razón. Para ejercer cualquier oficio, se pide un título de tres o cuatro años de estudios. En cambio, para casarse, amarse y tener hijos y educarlos, la sociedad no ofrece ninguna formación, y en cambio sí ofrece mucha deformación a través de la ficción, los famosos y sus rupturas y la publicidad que ofrece soluciones mágicas con pastillas y colonias.

Las cuatro charlas de formación de los cursillos prematrimoniales de las parroquias son todo lo precarias y deficientes que se quiera… pero es más de lo que ofrece cualquier otra institución (si exceptuamos el ejemplo de los propios padres, de la familia en la que se crece… si se crece en familia).

Y no hay nada en España que se parezca a la red de Centros de Orientación Familiar de la Iglesia, abiertos a cualquier persona, y que funcionan sobre todo con el trabajo de profesionales voluntarios, muchos de ellos terapeutas de familia, psicólogos o expertos en mediación familiar.

Y en todos los COF se da formación para el matrimonio, se enseña la regulación natural de la fertilidad, se atiende a parejas con problemas… ¿quién más hace eso, que no sea la Iglesia?»

«En los COF enseñan a educar en valores», explica Juan José Omella, el obispo de La Calzada.Logroño. «En nuestra sociedad el hedonismo es ambiental, y no es fácil aprender a compartir con el otro, y el amor, también el de pareja, el familiar, es compartir, incluso compartir el dolor, morir al yo para nacer al tú y al nosotros. A menudo no nos han enderezado de pequeños, y hemos de aprender ya mayores»

Raúl Berzosa, obispo de la pequeña diócesis rural de Ciudad Rodrigo, conoce bien el trabajo de los COF, aunque su diócesis recurre a los servicios del COF de Salamanca. «Yo participé en la puesta en marcha del COF de Burgos y también incentivé el de Oviedo, y no hay duda de su valor para tratar los conflictos de familia, ayudar a la educación de los hijos,en la regulación familiar de la natalidad, siempre desde una óptica católica», explica.

«Los católicos tenemos que estar presentes con una oferta cultural alternativa, y los COF forman parte de ella. Son centros que tienen futuro y que van mejorando. Hay que tener en cuenta que algunos nacieron con mucha precariedad, sin verdaderos profesionales, o con profesionales que no eran realmente católicos. Dependen mucho del trabajo voluntario», previene el obispo Berzosa.

La diócesis de Terrassa, que nació en 2004, pondrá en marcha su primer COF este año 2012. Su obispo, José Ángel Sáiz Meneses, sabe bien que la clave está en contar con las personas adecuadas, que compartan de verdad la enseñanza católica y tengan las destrezas necesarias. «Es un reto pero creo que este año conseguiremos poner en marcha el COF de la diócesis. Estoy en contacto con la pastoral familiar, los movimientos familiares y grupos de matrimonios ligados a la diócesis, hemos celebrado ya encuentros de familias y el COF forma parte de nuestro plan pastoral».

El nuevo COF de Terrassa se sumará así a una red en crecimiento por la geografía española. «Sólo en las diócesis de Madrid ya hay 15 centros de orientación familiar, y el 85 por ciento de las parejas que acuden a ellos buscando ayuda siguen luchando por su matrimonio», afirmaba hace poco el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, presidente de la subcomisión de Familia de la Conferencia Episcopal.

«La red de los COF es desconocida para muchos españoles y no tiene reconocimiento de las autoridades, cuando su labor es mucho más valiosa que, por ejemplo, los centros de planificación familiar del Estado, que en la práctica solo reparten anticonceptivos», lamentaba el obispo Reig Pla al presentar la gran fiesta de las familias en la Plaza de Colón de Madrid del viernes 30 de diciembre. «En el COF de Alcalá tenemos 17 personas trabajando, entre profesionales y voluntarios, y por allí pasan cada día diez matrimonios o más. ¿Alguien piensa que la Administración conoce o valora lo que hacemos allí? Pero la realidad es que nadie está excluido de la Iglesia, ni los separados, ni los divorciados, nadie se ve abandonado por la Iglesia».

Y el obispo Reig propone un modelo: la Iglesia en Estados Unidos. «En América del Norte cada parroquia tiene su centro pro-vida y pro-familia, y esto en España todavía no se da. Allí educan en las escuelas de padres, se fomentan los movimientos matrimoniales y familiares, y en los centros atienden a las mujeres heridas por el síndrome post-aborto».

Aún falta para que la Iglesia española sea tan dinámica como la de Estados Unidos en ese sentido, pero poco a poco se van dando pasos.