Continuando con el ciclo vital de toda familia, y finalizando el mismo, nos encontramos con dos etapas más
Contracción : Desde la independencia de uno de los hijos hasta la muerte de uno de los cónyuges.
Las tareas en esta época serían:
Cese de la tutela de al menos un hijo
Nuevo rol frente a los hijos
Reencuentro de la pareja, nueva comunicación
Transformación de metas en la pareja
Ajuste a problemas de salud y a la jubilación
Los problemas podrían venir:
- Disfunción en los roles padres/hijos adultos
- Transgresión de límites en deberes y responsabilidades como esposos, padres y abuelos
- Dificultades en la asimilación del llamado “nido vacío” del hogar
- No aceptación de cierta discapacidad o disfuncionabilidad como consecuencia de la declinación del ciclo de vida individual
- Frustración frente al balance de vida
La última etapa:
Disolución : Desde la muerte de uno de los cónyuges hasta la muerte del otro
Tareas:
Integración de la pérdida, elaboración del duelo psicológico frente a la muerte del cónyuge o del padre/madre
Ajuste al envejecimiento y a la viudez
Reorganización de la vida familiar y ajuste de roles debido a la ausencia definitiva de uno de los miembros de la pareja
Hijos adultos asumen responsabilidades por los padres
Reajuste del proyecto de vida frente a la viudez
Transformación de metas, necesidades e intereses
- Insuficiente apoyo familiar y social frente a la pérdida
- Relativos al afrontamiento inadecuado al duelo
- Transferencia de afectos y necesidades hacia los hijos o nietos